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El tóxico y el seguro

Si estás leyendo esto, intentaré mostrarte cómo la utilidad del seguro está fuera de toda duda.


De vez en cuando me encuentro con asegurados descontentos por la gestión de algún siniestro. Muchas veces, las coberturas, tal y como se presentan, dan a entender una cosa... pero luego son otra. Y eso genera insatisfacción.


Un ejemplo claro: la garantía de “manitas a domicilio”. Al leer el resumen, algunos creen que simplemente llamas, va un técnico y te soluciona cualquier cosa. Pero no es exactamente así. Por eso me esfuerzo en vender bien las pólizas y, sobre todo, en explicarlas claramente.


Esta garantía incluye un listado muy concreto de servicios: lo que el técnico sabe hacer y lo que la compañía cubre. Ni más, ni menos. Sota, caballo y rey.


Por ejemplo: si necesitas cambiar el mecanismo de la cisterna, tú compras la pieza, y el técnico va y la instala. Si has comprado una lámpara nueva, él va y la coloca. Fácil.


El problema aparece cuando el técnico solo puede ir una vez y, por ejemplo, tú pensabas que lo que fallaba era el mecanismo... pero en realidad era la boya. Resultado: el cliente se ha gastado dinero, ha perdido tiempo y el problema sigue igual.


Ahí nacen las quejas. Y ahí es donde algunos asegurados pierden la confianza. Algunos incluso deciden quitar el seguro. Y entonces aparece "el tóxico de la competencia", diciendo que todo está mal, que lo suyo sí es lo bueno, y que llames a su servicio para que te cambien por fin la dichosa boya.


Y en medio de todo esto... el cliente se amarga, y pierde la fe en el seguro.


Pero yo te lo digo claro: el seguro sirve. Sí o sí.


Sirve si hay daños por agua que afectan a tu vecino o a la comunidad.

Sirve si se produce un incendio en casa y necesitas reponer tus cosas.

Sirve si hay una inundación, un terremoto o un tornado.

Sirve para empezar de nuevo, cuando lo peor ha pasado.


Quizás no cubre todo.


Pero sí te da algo esencial: un punto de apoyo para no tener que empezar desde cero.


El seguro no está para consumirlo.


Está para tenerlo... y cruzar los dedos para no tener que usarlo.Pero si un día lo necesitas… que de verdad te sirva.


Y para eso estoy yo: para ayudarte en el camino. Contacta con nosotros.

 

Posdata:

Un detalle mal gestionado no borra todo lo que el seguro puede hacer por ti cuando de verdad lo necesitas.


“Los árboles no te dejan ver el bosque.” — Proverbio popular



 
 
 

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